“La naturaleza es una
casa embrujada,
pero el arte es una casa
que trata de estar embrujada”.
Emily Dickinson
“Ya te he dicho mil veces… el problema no son
los clásicos, sino los críticos. La idea de inmovilidad de los clásicos, como
elementos estériles o piezas de museo, tiene que ver con las palabras que les
ponen encima, con las que los pisan. Ellos los petrifican. Cambian la ironía y
el humor por la solemnidad. Hasta el mismísimo Platón –un petrificador de
aquellos− a veces disfrazaba con ironía sus monumentos y se burlaba de sus
lectores.
…aunque es cierto que por más maquillado de ironía y cinismo
su problema era igual de feo. No podía entender ni explicar el movimiento,
entonces inventó un plano… o en verdad dos, uno inmóvil y otro móvil,
cambiante. Los críticos hacen eso mismo, buscan explicar las cosas con
palabras, fijarlas, matarlas, que dejen de significar. Estas los abruman.
Necesitan que sean objetos, que no echen raíces ni que den frutos. Muchos
clásicos han muerto, pero muchos otros debajo de su dermis escultórica siguen
vivos y comienzan a moverse y a incomodar como un muerto vivo”.
Fragmento de una novela inexistente
1 comentario:
El otro día hablé de las ediciones críticas de los clásicos, y de qué bueno es permitirse entender cualquier cosa...
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