1/6/17

robe de chambre

Hace unos días murió papá,
Leía acostado sobre el sillón de terciopelo gris.
Murió en pijama, contenido por su robe de chambre
Con los pies desnudos, con las uñas crecidas, sucias, apuntando al cielo
(los dedos y los empeines cubiertos de gruesos pelos negros).
El diario quedó sobre su torso, tapándole la boca y parte  de la nariz.
La corriente hacía vibrar las hojas mínimamente,
parecía que todavía respiraba.
Después se deslizó como un pedazo de seda.
Su brazo izquierdo cayó, rígido, rozando la alfombra con los nudillos.
Barras amarillas de luz se plasmaban en el piso,
envueltas por la sombra de la enredadera,
se quebraban sobre la mesa ratona
y volvían a quebrarse sobre el otro sillón.

Mamá en la cocina,
 apretaba los párpados,
Contraía los labios
Chirriaba los dientes
Las lágrimas le dibujaban los pómulos.
Y después hundía la cara en el delantal.
Llamaba por teléfono, cortaba,
llamaba y cortaba sin decir
una palabra.

Papá no respiraba
estaba azul.
no respiraba
azul, como la bandera de Francia.
De todas formas, giró la cabeza, abrió los párpados

Y me dijo: “estoy muerto”.

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