La tierra lisa, limpia de
caballos
La tierra seca, estéril del encanto
Las nubes que componen en
silencio
Heridas vivas, el rugido blanco
Las crines de caballos transparentes
Flotando sobre el lecho los
suspiros
Nostalgia de galopes en el eco
De un autor, de un andante y sus
velantes
Tal vez muerta, tal vez niña en
mis brazos
Tal vez vieja, tal vez muda, en reposo
Un mar de arena azul sobre los
párpados
Cúmulos de una tarde arrebolada
La piedra que flota en laguna oscura
Tallo, pétalos y espinas en el
pecho
Conjuro de una tierra que se
agrieta
El sueño de una casa que se
inunda
El agua cae por los escalones,
Sillones que naufragan en la
sala,
Madera que se apaga silenciosa,
Ceniza tibia, impávida mañana
El viento árido sin incertidumbre
La tierra roja, cumbre del
hechizo
La muerte llana, escombro de la
noche
Brújulas que se pierden en el
tiempo
La tierra pulcra, limpia de
caballos.
El oro, carne nuestra de horas
rotas.
Arena suave lisa sin el tiempo
Cristal marino, aguja sin memoria
Que zurce con desvelo esmerilado
Que surca con alambres el olvido
Que junta las dos partes del
destrozo
Las fracturas de un cuerpo
disipado.
La tierra lisa, limpia de
caballos
La tierra llana, piel entumecida
El llano oscuro, sueño, madrugada
La llama breve que hoy se ha
apagado
2 comentarios:
Buen ejercicio. Largo para tus parámetros, estás dejando entrar la voluntad al recinto. En una primera lectura, me gustó mucho la estrofa de la sala inundada. Veremos con más detenimiento el resto, no tengo el ojo acostumbrado a estas exigencias. Excelente noticia esta publicación, creo que por este camino se conquista lo inútil, creo que no hace falta decirte que es un elogio. Esto sí que le tiene que dar fuerzas a Pablo. ¡Salud!
Gracias, Marce. La verdad que es medio un rompedero de coco lograr coordinar sonido y sentido. Cuando lo laburaba por momentos me emocionaba y por momentos me sentía el indio solari tirando un poco de fruta. Hay un par de versos que tienen mal los acentos, pero como primero intento estoy bastante satisfecho.
El ejericio consistía en tomar un endecasílabo de otro autor y usarlo al ppio, en el medio y al final. Tomé uno de García Lorca: La tierra lisa, limpia de caballos.
Estoy haciendo de todo para motivarlo a Pablo Pol, aunque no da el brazo a torcer. Vamos a tener que disfrazar nuestra literatura de expedientes y al blog de cajonera para que caiga en la trampa.
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